Hoy todas somos Lucia Pérez, hoy, todas somos su familia y escribimos esta carta sintiendo el mismo dolor, una inmensa tristeza que invade todo nuestro ser, porque nos cansamos; nos cansamos de que nos violen, nos maltraten, nos humillen, nos rechacen, nos desvaloricen por el simple hecho de ser mujer, porque no vamos a soportar más que nos encuentren ya sin vida, ahogadas en un riachuelo, tiradas en una zanja, enterradas en un descampados o adentro de una bolsa.

Porque también soy mi vecina que se somete todas las noches al maltrato y humillación de su marido, que atrás de una máscara que dice amarla, la golpea porque llego tarde del trabajo.

Porque también soy esa hija abusada por su padre, que todas las noches sufre en el silencio y vive con miedo, el mismo silencio y miedo que guarda su madre.

Porque también soy esa prostituta, que viviendo al margen de lo que el sistema le brinda para darle de comer a sus hijas, es vista por los “hombres” como objeto de uso y desuso, como propiedad, desvalorizada y finalmente es asesinada por no rendirse ante sus deseos.

Porque también estoy en la piel de una niña, que en la inocencia de conocer una nueva amiga, fue engañada en las redes sociales, y así termina también siendo víctima del femicidio.

Y porque toda mi vida seré Ángeles Rawson, Melina Romero, Araceli Ramos, Maria Soledad, Chiara Páez, Camila Garay, Serena Rodriguez, Marina Menegazzo, Lola Chomnalez, Daiana Garcia, Julieta Mena, Camilia Carletti; y lamentablemente infinitas mujeres más, que hoy ya no pueden ser oídas. Pero estamos nosotras para hacer volar nuestra voz; reclamando justicia pronta, porque ya no vamos a volver a someternos a los abusos contra nuestro genero, porque ya no da para más, porque valemos, porque nos queremos.

HOY MAS QUE NUNCA: ¡VIVAS NOS QUEREMOS!

María Magdalena- Asociación Nazareth